Molinos de Duero participa del culto existente tanto en Soria como en toda Castilla y León, a las materias primas cárnicas.
Es tierra de crudos inviernos, cuyo clima y geografía son ideales para la curación de embutidos, por tanto no es de extrañar que su gastronomía más tradicional requiera de un gran aporte energético como las Migas de Pastor (impregnadas con manteca y aliñadas con ajo y pimentón) algunas veces acompañadas con pasas, piñones, uvas o con leche también llamadas Migas Canas, el Ajo Carretero (guiso del cordero del que se extrae una sopa que se come tras la carne), los Asados, la Matanza y sobre todo la Caldereta.
En otoño y primavera toman un gran protagonismo las setas y hongos; níscalos, boletus, senderillas, trufas…Además es también tierra de caza, así como territorio de la trucha y del cangrejo de río.
Por último destacar algunos de sus dulces típicos caseros como los rosquillos y los roscos de San Blas.