Pasando por debajo del puente de Molinos de Duero, podremos coger una pequeña senda en los márgenes del río que nos llevará en dirección a Vinuesa por los vestigios de lo que fue una antigua calzada romana. En la primera parte de recorrido es donde se evidencia más los restos de la misma; piedra trabajada, losas, incluso surcos para el paso de los carros. Así mismo, se podrán encontrar otros detalles como un miliario (señal que indicaba distancias) o la inscripción en latín sobre una roca de la persona que ordenó su construcción.
Al final del trayecto, al llegar a Vinuesa, aún sobrevive al expolio el que fue un puente romano de la misma época, solo visible cuando el río Duero lleva poco cauce.